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Como te comentaba en mi página web, escucho casi todos los días a personas que me dicen lo mismo, tengo problemas con mis compañeros y mis jefes. No pueden hablar, porque no se sienten libres de hacerlo o no saben hacerlo adecuadamente, para conseguir un ascenso o para expresar lo que sienten o piensan de verdad.

Nos enseñan mates, lengua, geografía y hasta algebra… Peeero no nos enseñan a comunicarnos con los demás, ni en el cole, ni en la universidad y es por ello que cada día se nos presentan los mismos retos en esta área a nivel personal y laboral.

Todo está muy ligado:  la mayoría de nosotros no sabe comunicarse y manejar sus emociones, con inteligencia emocional.

Y claro, esto también me paso a mí toda la vida, siempre he sido más de decir la verdad, doliera a quien le doliera, no sabía expresarme de una manera en la que no le hiciera daño a los demás y a la vez hacer valer mis derechos, además, me encantaba sumar, así que iba guardándome los errores, los sumaba uno a uno hasta que un día ¡Pummm! Explotaba, el resultado es que las personas se llevaban una imagen negativa y poco realista de mi forma de ser.

A través de los años aprendí que es mejor expresar solo aquello que es positivo, que nos engrandece, lo bueno, el resto es mejor ni pensarlo. A veces no es lo que decimos, es cómo lo decimos: los gestos, la entonación, el lenguaje no verbal y las palabras que usamos.

Te cuento un dato que a mí me ha sorprendido enormemente y que ha cambiado radicalmente mi forma de expresarme: del 100% de las conversaciones que tenemos solo el 7% lo constituyen las palabras, el 55% es el lenguaje no verbal (los gestos que empleas y tu postura corporal) y el 38% es la entonación de la voz.

Te cuento todo esto porque muchos o casi la gran mayoría de nosotros sabemos estas cosas, pero desafortunadamente somos poco conscientes del impacto que tiene la forma en que nos comunicamos.

“Depende de lo que digas y cómo lo digas tus relaciones serán mejores o peores”

Quiero hablarte en este post acerca de los tipos de comunicadores que hay y así podrás saber qué tipo de comunicación sueles mantener con los demás, esto es muy importante porque define el tipo de relación que tienes y tendrás.

Esto no es un test, pero te da una idea clara del tipo de comunicador que eres.

Comunicador asertivo: si eres una personar que reflexiona antes de hablar y tienes en cuenta:

  • El contenido del mensaje, las palabras que usas y el lenguaje que tu cuerpo expresa, diciendo clara y directamente lo que quieres decir.
  • A la persona a la que se lo vas a decir, su nivel y estatus.
  • El lugar y el momento correcto.
  • Si usas la empatía para adaptar el mensaje al receptor del mismo.

Entonces eres un buen comunicador, expresas lo que piensas y sientes de manera positiva, sin dañar a los demás y además haciéndote respetar, siendo claro, directo, conciso y respetuoso.

Comunicador pasivo: si no expresas tus necesidades, tus posturas ante las situaciones, ni tus opiniones personales o profesionales. Si normalmente haces entender que estás de acuerdo con lo que te dicen otros, aunque internamente vayan en contra de tus propias creencias, necesidades o pensamientos.

Entonces te falta aprender asertividad y empatía.

Comunicador agresivo: expresas tus necesidades, deseos y opiniones de una forma directa, pero hostil, sin plantearte si tus palabras pueden herir a los demás.

Si tratas de imponer tu forma de pensar y de actuar a los demás, ignorando todo sentimiento o postura que sea contraria a la tuya.

Entonces, debes aprender y desarrollar tu inteligencia emocional. Conocer tus sentimientos para comprender los de los demás a la hora de hablar, entender lo que es la escucha activa y usarla para comprender lo que otros tienen para decirte y desarrollar tus habilidades para relacionarte.

Comunicador pasivo – agresivo: si eres una mezcla entre alguien que no expresa abierta y directamente sus necesidades, ni su forma de pensar -a quien debe decirlas- pero luego sueles ir haciendo comentarios acerca de lo que te ha pasado con otras personas, haciendo chistes o usando el sarcasmo, para sacar a la luz lo que piensas, creyendo qué si lo haces de esta manera, la persona entenderá y le llegará el mensaje de forma indirecta.

Entonces deberías trabajar mucho en tu comunicación e inteligencia emocional. Para mejorar tus relaciones.

Esto es lo que debes tener en cuenta para ser un gran comunicador:

  • Utiliza una comunicación asertiva, que sea directa, precisa y honesta.

Di lo que piensas con tranquilidad, teniendo en cuenta a quién, cómo y cuándo lo dices, el lugar y el entorno adecuado. Puedes decir lo que piensas sin herir a los demás y sin que se sientan atacados.  

  • Revisa la forma en la que actúas ante situaciones complicadas. Tu mente tiende a repetir aquellas acciones que son buenas para ti, si estás en un problema de comunicación y luego te quedas rumiando porque te hubiera gustado decir más o menos, recrea la escena nuevamente, haz los cambios que tengas que hacer y luego repite todo mentalmente de la manera ideal para ti, de esta forma, la próxima vez le estarás dando a tu cerebro un buen mapa de guía para actuar de la mejor manera posible y créeme este ejercicio funciona.
  • No tengas miedo de expresar lo que sientes o piensas. Intenta no ser pasivo o pasivo–agresivo, ten en cuenta que el rechazo es algo que se evita cuando una persona es sincera y habla de manera positiva.
  • Utiliza el feedback, pregunta lo que los demás piensan y sienten acerca de cómo te expresas, esto te dará una buena idea de cómo te ven los demás y con esta información tan valiosa podrás redireccionar la forma en la que te comunicas, para ello puedes aprender “Escucha activa”.
  • La Empatía es fundamental, piensa en lo que a ti mismo te gustaría que te dijeran, para ello puedes usar la verdad de una manera respetuosa y positiva, desde el corazón, hablando claro y siendo directo.

Recuerda que nadie es adivino y así, los demás se tomaran el tiempo de pensar en cómo te sentirías si te dicen las cosas mal, con rabia o si hablan a tu espalda.

  • No dejes pasar el tiempo para decir lo que sientes o piensas, cuando te enfrentes a situaciones en donde sientes que no puedes hablar: reflexiona, haz una lista de lo que quieres decir e intenta buscar el momento ideal sin dejar pasar el tiempo.

La mayoría de nosotros nos guardamos las cosas hasta explotar y eso siempre acaba en discusiones.

  • Por último, no hables mal de nadie a su espalda, te doy un dato: las personas con las que hablas de otras personas siempre se quedarán con lo que tú has dicho y con tu cara y no con la de la persona de la que estás hablando, así que, si dices algo malo de alguien, para la mente de tu interlocutor eres tú quien tiene el fallo, no la otra persona, así que intenta no hablar mal de nadie pues quien queda mal no es él, eres tú y te envenenas tú por quejarte y a los demás, convirtiéndote en una persona tóxica.

La buena noticia de esto es que siempre puedes mejorar y siempre estás a tiempo de cambiar el tipo de relaciones que tienes con los demás, que no te de miedo, si sientes que podrías haberlo hecho mejor, siempre puedes cambiar, es lo que tiene de maravillosa esta existencia, ya que cada segundo es una nueva oportunidad de darle un giro a tu vida y ¿qué mejor que empezar por mejorar tus relaciones con lo demás?

Desarrollarte es muy importante, esto te llevará a ser feliz teniendo relaciones sanas a través de la comunicación y la inteligencia emocional, hazlo por ti, hazlo por los que te rodean, verás qué diferencia hace en tu vida.

Un abrazo,

Lina

Photo by Ben White on Unsplash