Ahora con el paso del tiempo llegan flashes graciosos a mi memoria y me encanta recordar, ya que se agolpan en mi cabeza como partes un diario mental…
Durante el tiempo que he estado en la habitación me han llevado a múltiples pruebas, siempre en silla de ruedas. El mundo se ve muy distinto cuando vas en una -es una sensación divertida- sé que es porque no quieren que me esfuerce, pero no dejo de pensar en lo divertido que parece, cuando puedes caminar, el pensar que te lleven en silla de ruedas, haciendo el vago, tan ricamente. Me da risa, porque esa sensación sigue conmigo y como una niña decido disfrutar del viaje a una de las tantas pruebas que me harán.
No me extraña que quieran quedarse con todos mis datos médicos, aún no saben lo que tengo y lo que me ha pasado. Wow… y además soy un misterio para la ciencia… ¿Quién no ha querido serlo? Eso me encanta…
Cuando puedes caminar, ir por cualquier parte corriendo es casi una necesidad en este mundo loco, pero yo voy a 3 por hora, no puedo ir más rápido, “literalmente” doy 3 pasos y me canso, paro, sigo y tengo que volver a parar.
La perspectiva cambia totalmente porque entonces entiendes que caminar es un privilegio y si es rápido, ya ni te cuento, no veo la hora de ganarle a Chema, el de la habitación de al lado, en una carrera hasta el puesto de las enfermeras… ¡qué mala, jejeje, -lo sé- pero seguro que si se lo propongo jugaría conmigo, aunque a Conchi -su mujer- no le haga ni puñetera gracia…
Disfrutar de las pequeñas cosas de la vida comienza a ser parte de mi día a día, quien diría que yo, que voy siempre corriendo para llegar a todo, tenga que ir paso a paso por un pasillo y lo mejor es que estoy disfrutando, a pesar de la situación, nuevamente me siento como una cría a la que dejan salir al recreo y sonrío…
Últimamente sonrío mucho porque todo va tan lento en mi vida, porque la tengo y lo mejor que puedo hacer con ella es disfrutarla, así que: pruebo las horas, degusto los minutos y saboreo cada segundo.
Disfrutar, se han convertido en parte de cada momento de mi vida y es tan simple.
Pon atención a lo que estás haciendo en este mismo momento, ¿estás leyendo sentado?, ¿Estás de pie? ¿Dónde tienes las manos? ¿Estás comiendo algo?
Fíjate en cada detalle de ti mismo, solo deja que tus ojos se muevan para leer el texto y responde, ¿estas disfrutando? Si es así me alegra enormemente, si no es así ve a coger un pedacillo de eso que te gusta tanto (ya sea chocolate o jamón) ponlo en tu boca y saboréalo, solo disfrútalo, concéntrate solo en eso… Cuando lo hagas y consigas disfrutar con intensidad en ese preciso instante, sabrás lo que significa esta pildorita positiva de hoy.
Ahora que he estudiado un poco entiendo que a esto que hago se le llama Atención Plena y es una maravillosa estrategia para vivir feliz cada momento y no esperar a comprar cosas o a ganarse la lotería para estarlo. ¿Te unes a mi club de “he sido tan feliz hoy”?
Si tu respuesta es sí, ya sabes saborea todo, lo que vivas, lo que comas, lo que hagas.