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Sería genial si viniéramos programados para ser inteligentemente emocionales desde que nacemos. Durante toda nuestra vida desarrollamos la inteligencia emocional,

a través de la educación en casa y en el colegio deberían ayudarnos en este sentido, pero no siempre es así y muchas veces llegamos a la madurez sin ciertas habilidades desarrolladas que nos darían la llave del éxito.

Los esfuerzos de nuestros padres y de nuestros profesores se enfocan a que seas educado, te comportes bien, que no haga pataletas, que seas una «personita» modélica e ideal, que llegado el momento sepa relacionarse bien en cualquier situación.

He visto muchísimos ejemplos en mis clientes, nos educan para no demostrar nuestros sentimientos y para no explorarlos (saber por qué te sientes y actúas de una manera determinada) y al final esto trae como consecuencia que no queramos saber lo que sentimos, que nos de miedo a explorar quienes somos, a cuestionar nuestra forma de ser y de pensar y lo más importante: de actuar con los demás.

Ahora vamos a comprobar tus habilidades, para saber si eres inteligentemente emocional:

1. ¿En cada situación que se te presenta, prestas atención a tus sentimientos?

Daniel Goleman usa el término de “autoconciencia” para definir nuestra la capacidad para prestar atención a nuestras emociones, a nuestros sentimientos y los estados de ánimo que tenemos en cada momento y en determinada situación, esto nos ayuda a no reaccionar mecánicamente o por defecto, sino a poder parar y pensar antes de actuar.  

Es probable que esto lo hayas hecho millones de veces, sobre todo después de situaciones o eventos que te han creado ansiedad o estrés. Seguro que recuerdas las veces en las que después de una discusión con alguien te has quedado pensando que te hubiera gustado reaccionar o responder de otra manera, que no fue precisamente la que usaste, pues bien, esto es autoconciencia.

Te voy a enseñar un ejercicio muy útil:

La próxima vez que pases por una situación similar, pregúntate: qué has sentido, por qué lo has sentido, cuál fue tu reacción y si a tu juicio esta reacción ha estado acorde con dicha situación (persona y lugar adecuados), si tu respuesta fue sí, entonces sabrás que has hecho todo bien.

Si por el contrario tus respuestas no son tan positivas como deberían, en vez de auto-flagelarte y pensar y volver a pensar en este hecho, pregúntate ¿cuál hubiera sido la mejor manera de afrontar dicho momento?

Fase 1: Recuerda nuevamente la escena en tu cabeza.

Fase 2: Piensa o haz una lista con los cambios que tu harías en tus reacciones y tu forma de hablar.

Fase 3: imagina la nueva escena con los cambios en tu comportamiento, visualizando esa nueva forma de actuar.

Fase 4: repite toda la escena mejorada, en tu cabeza, para reforzarla.

Así la siguiente vez que te enfrentes a dicha situación tendrás 1 opción de acción diferente y que ya no será una respuesta automática y podrás controlar tus emociones, esto hará que tu reacción ya no sea mecánica y el resultado será mucho mejor que el anterior, te lo aseguro.

2.¿Controlas tus emociones?

El autocontrol es fundamental cuando hablamos de Inteligencia Emocional, un niño aprende a controlarse con el tiempo, toma mucho esfuerzo a los padres hacer que los niños controlen sus impulsos, como por ejemplo hacer pataletas.

Entre más edad y más madurez tenemos, el entorno nos impone ciertas normas sociales. No está nada bien visto que una persona pierda los papeles, es por ello que conocer tus sentimientos y reacciones es fundamental para poder controlarte y saber en qué momento, lugar y personas, puedes o no, tener mayor libertad de reaccionar ante cualquier situación que se te presente.

Esto no quiere decir que te comas tus sentimientos y te calles, que es lo que solemos hacer todos y luego salgas a rajar del prójimo cuando las cosas no son como tú crees que deberían ser, para eso está la asertividad, de la cual te hablaré más adelante y que tiene que ver con: cómo decir las cosas de manera adecuada, respetando a los demás y haciendo a su vez que te respeten.

El autocontrol se puede aprender y desarrollar sin importar la edad. Esto de que “Loro viejo no aprender a hablar, es mentira”.

3.¿Piensas en los sentimientos de los demás y te pones en su piel?

La empatía es un pilar básico para ser inteligentemente emocional, se trata de:

“Ser capaz de bucear en los sentimientos de los demás, sin ahogarte con ellos, ni en ellos”

Seguro que has estado en la situación de que alguna persona llega furiosa, tu le hablas y te contesta mal, tú reaccionas a la defensiva y sin saber porque… Tú estabas de buen genio y ha llegado este y te ha dicho, yo que sé, que no viene al caso y como resultado salís discutiendo. 

Luego te cuenta que le ha pasado algo y se queja porque le han tratado mal…

Tú le escuchas y mientras lo haces te pones en su piel, imaginando lo que te cuenta y de alguna manera lo empiezas a sentir como algo propio, como si te hubiera pasado a ti, entonces comienzas a enfadarte y a sentir que no querrás volver a hablar con quién le ha hecho daño o que te encantaría tenerle en frente para tener unas palabritas con es individuo.

En este caso estás siendo empático porque te has puesto en el lugar de la otra persona y de lo que ha sentido, has hecho un esfuerzo consciente por ponerte en sus zapatos, sin embargo, te has ahogado en sus sentimientos y los has hecho tuyos, es como si te lo hubieran hecho a ti y te da rabia, pero esto que ha pasado no te ha pasado a ti, sino a esa persona que te lo ha contado y eso no es empatía.

La empatía te permite entender los sentimientos de los demás, pero no cargar con ellos, esto elimina los sentimientos negativos que puedas sentir por lo que te hayan contado, pero sí podrás entender el por qué esa persona se ha comportado mal o te ha contestado mal antes.

Entonces, si tu no te predispones y alguien te contesta mal y antes de reaccionar piensas en que, puede que esté teniendo un mal día, luego entenderás sus sentimientos y podrás ponerte en sus zapatos, imaginando cómo se siente en determinada situación, sin prejuzgar, eso te ayudará a actuar de otra manera desde el principio. 

«Las personas siempre tenemos respuestas fijas que se van desarrollando con el tiempo, si dejamos de condicionarnos por ellas, mejoramos nuestra comunicación y por ende nuestras relaciones, porque estamos abiertos a entender a los demás en vez de juzgarlos»

 

4.¿Expresas tus sentimientos de manera correcta, en el lugar y el momento indicado?

Te voy a contar algo, desde que yo era niña nunca entendí esto de la Asertividad, la verdad es que siempre fui de esas personas que cuando tenía que decir algo lo decía sin ningún filtro, de la forma en la que a mí me parecía bien y justo en el momento más candente, en resumen: explotaba y soltaba lo primero que apareciera en mi mente, era mi verdad y no estaba dispuesta a dejar de decirla por nada, ni por nadie.

Esto me trajo problemas a lo largo de mi vida y hoy me hace gracia, porque al recordarlo me veo expresándome de forma exagerada y demasiado vehemente, y entiendo por qué mucha gente que me conoció veía en mí un carácter muy fuerte, pero la realidad era que yo no sabía comunicarme bien y pasaba de las sutilezas.

Con el paso de los años me di cuenta de que siempre puedes expresar lo que sientes y decir la verdad, siendo directo y sincero, solo que hay que saber usar el lenguaje verbal y no verbal, tener en cuenta los sentimientos de los demás, respetándolos y haciéndote respetar.

“Con asertividad resuelves los conflictos y no los haces más grandes”

 

5.¿Estás motivado?

La automotivación es muy importante, porque solo a través de querer hacer las cosas te motivas, si tienes un propósito y unos objetivos, pero no estás motivado jamás harás lo que debes hacer, por eso no olvides que aunque los demás te motiven, aunque tengas motivos para hacer las cosas, no viene nada mal que tú mismo te des ánimo para hacer aquellas cosas que no quieres o que te da pereza hacer.

Esto tiene que ver con perseverar, con perseguir tus objetivos a corto, mediano y largo plazo.

Luego recuerda que también debes darte un poco de cariño y sobretodo aprecio por ti mismo y cuando hagas algo bien, ya sea un buen trabajo o una actividad que no te motivaba o que sí, apláudete por un trabajo bien hecho, felicítate tú, porque de esta forma sabrás que estas más cerca de la meta que te has propuesto.

“Las personas emocionalmente inteligentes se motivan para lograr sus metas, siendo capaces de manejar su comportamiento y sus frustraciones, con el fin de lograr el éxito a largo plazo”

 

6.¿Tienes grandes habilidades sociales?

Estas nos permiten tener relaciones de calidad, permanentes en el tiempo y nos ayudan en todo tipo de situaciones, también se pueden llamar competencias sociales o habilidades blandas (Soft skills), que son aprendidas a lo largo nuestra vida, gracias a la experiencia y la interacción con los demás.

Estas habilidades están relacionadas con ser inteligentemente emocional y lo demuestras con tus comportamientos, actitudes y valores.

Incluyen: que sea fácil para ti comunicarte, que autorregules tus emociones, que seas empático (entender los sentimientos de los demás), asertivo (saber expresar tus emociones sin dañar a los demás) y resiliente (a partir de ciertas experiencias, aprender de las situaciones del pasado y seguir adelante).

Que seas creativo en la búsqueda de soluciones y que te comprometas con las personas que interaccionas cada día, realizando un buen trabajo de equipo, que seas un cohesionador, que ayudes a unir a tu equipo, siendo honesto y profesional.

Estoy segura de que tienes buena inteligencia emocional y lo mejor de todo es que puedes seguirla desarrollando cada día, así que no olvides anotar aquello que creas que puedes mejorar, piensa en ello, intégralo a tu vida.

Sigue leyendo mis post, porque tengo muchísimo más que contarte, un abrazo,

Lina

Gracias a bruce mars en Unsplash por su foto